Culzean, dormir en un castillo escocés

Una de las mejores experiencias que se pueden disfrutar en Escocia es dormir en alguno de sus numerosos castillos. En nuestro recorrido por tierras escocesas, durante el mes de agosto de 2014, queríamos alojarnos una noche en uno de estos emblemáticos edificios. A través de la página www.celticcastles.com buscamos diferentes castillos que se ajustaran a la ruta que teníamos establecida para nuestro viaje y el elegido fue el Culzean Castle.





El Culzean Castle se encuentra en la localidad de Maybole, en la costa de Ayrshir, que es la zona suroeste de Escocia. Nosotros fuimos desde la cercana Glasgow y en poco menos de 50 minutos estábamos en la puerta. Es propiedad del National Trust for Scotland y está abierto al público. Dispone de 6 apartamentos en la segunda planta para los huéspedes. El castillo está construido en lo alto de un acantilado con vistas al estuario de Clyde y a las montañas de la isla de Arran.




Cómo llegar


El acceso al recinto del castillo está bien señalizado desde la carretera. En la entrada hay una garita en la que nos dan las indicaciones para llegar al área de huéspedes. Pasamos bajo una gran puerta de piedra y cruzamos un puente desde donde ya podemos ver los magníficos jardines.


Otra puerta de piedra da acceso a la gran plaza presidida por la Torre del Reloj y con un jardín en el centro. Cuando llegamos, en la zona central del patio, había mucha gente y aunque impresiona lo hace mucho más cuando el castillo está cerrado al público y lo tenemos para nosotros solos.




En la Torre del Reloj se localizaban las antiguas caballerizas y la cochera. El reloj se añadió en el siglo XIX. Actualmente la Torre alberga la tienda de souvenirs.

Los huéspedes pueden entrar con el coche y aparcar delante de la puerta principal del castillo, siguiendo las indicaciones de Eisenhower Apartments. Para el resto de visitantes hay una zona habilitada para aparcar antes de la segunda puerta de piedra.



Los apartamentos


Un asistente nos acompaña  hasta la segunda planta donde se encuentran las habitaciones y las zonas comunes para los huéspedes. Subimos por la magnífica escalera oval. Es una torre de tres pisos con antiguas columnas griegas y barandillas decorativas. Está coronada por una cúpula iluminada de forma natural por una claraboya. Es realmente impresionante subir por ella y contemplar los cuadros y jarrones que la decoran.



Las habitaciones están distribuidas alrededor de una galería circular. Al principio puede confundir ya que todas las puertas son parecidas y podemos acabar dando vueltas a la galería buscando dónde queremos ir.




Nuestro asistente nos enseña la habitación y las demás zonas a disposición de los huéspedes: el salón, con sus bonitas vistas sobre el acantilado y la magnífica alfombra, el comedor, la sala de televisión ...







Nuestra habitación es la llamada Kennedy Room, apellido de los antiguos propietarios del castillo. Es una amplia habitación con una cama queen-size y una cama supletoria, ya que somos tres personas. La cama grande es muy cómoda pero la supletoria es un simple plegatín bastante incómodo.


Los muebles son antiguos y está decorada con mucho gusto. Hay también una chimenea pero al ser verano no sabemos si funciona o es sólo decorativa.




La vista desde la ventana de nuestra habitación es del patio que da entrada al castillo, la Torre del Reloj y una vista parcial de la bahía, con las colinas de Ayrshire al fondo.


La ventana del baño ofrece vistas sobre el Firth of Clyde hacia la isla de Arran.



Junto a las llaves de la habitación nos entregan también las llaves de la entrada principal del castillo ya que este se cierra al público a las 17 horas. Una vez cerrado tan sólo quedará un reducido grupo de personas de servicio para servir la cena y el desayuno, y por supuesto los huéspedes.



Cuando nosotros nos alojamos estaban ocupadas tres habitaciones más además de la nuestra, pero la sensación que tienes cuando se cierra el castillo es de estar solo, ya que las zonas comunes y las instalaciones son tan amplias que puedes no encontrarte con nadie.

A las 15:30 horas, en el salón, obsequian a los huéspedes con un Afternoon Tea. Además del obligado té o café hay sandwichs, bollos, mermelada y pastas de todo tipo.



Visita del interior del castillo


Hay recorridos guíados muy recomendables, que para los huéspedes son gratuitos, y que recorren la parte del castillo abierta al público.

El Culzean Castle era una sencilla torre fortificada del siglo XVI que fue remodelada por el décimo conde de Cassilis, David Kennedy. La obra fue llevada a cabo por Robert Adam, el arquitecto más famoso de su época, por etapas, entre 1777 y 1792, convirtiéndola en una de las casas más grandes del país y en una obra maestra de la arquitectura neoclásica.

Pero ni Kennedy ni Adam sobrevivieron para verlo terminado, ya que ambos murieron  con pocos meses de diferencia en 1792, poco antes de finalizar las obras. En el año 1970 el castillo fue totalmente remodelado.

La visita empieza en la armería. Sus paredes están cubiertas de hojas de bayonetas, cuchillas, pistolas y trabucos.



Continúa por la biblioteca, que alberga una colección de libros antiguos así como cuadros de los distintos condes de Cassilis.


La sala azul es la habitación que menos ha cambiado desde que Adam la diseñó. Se utilizaba como lugar de reunión para que los huéspedes pudieran disfrutar de una bebida antes de cenar. La habitación está dominada por Rosewood, una mesa de 1820. La repisa de la chimenea es de mármol blanco puro sobre la que reposa un enorme retrato de 1746 de Thomas Kennedy, noveno conde de Cassilis.


El comedor está presidido por una gran mesa extensible en la que se pueden dar cita un buen número de comensales.



La sala de música en la que destacan un arpa y un clavicordio.



La sala de dibujo y pintura en la que se puede contemplar un cuadro de la reina María Estuardo.



La sala redonda, la más bella habitación del castillo, es un espacio elegante y curvo con un semicírculo de ventanas con vistas panorámicas sobre el Firth of Clyde. Era utilizada como sala de recepción principal. Una de las características principales de la habitación es la alfombra. La que hay actualmente es una copia de 1983 de la original que fue tejida a mano por cuatro hilanderas durante dos años.


Los techos de las diferentes estancias están decorados con medallones pintados por Antonio Zucchi.




En 1945 se donó de por vida el apartamento de lo alto del castillo al general Dwight Eisenhower en reconocimiento por su papel como comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Una exposición sobre Eisenhower ocupa una de las habitaciones, con recuerdos de su vida y se conserva una réplica de su despacho.


Exteriores del castillo





Los jardines son tan impresionantes como el castillo. Está rodeado por 565 hectáreas de zona ajardinada. Una fuente decorativa domina el centro del jardín.


 En ellos también encontramos un invernadero.


 
El castillo posee tres kilómetros de costa para explorar, que abarca playas de arena y guijarros, cuevas y piscinas de roca.




El acceso a la playa se realiza por unas escaleras de madera rodeadas de vegetación. Es muy relajante pasear por las zonas exteriores casi desiertas.




Los alrededores


Además, el área del castillo está rodeada por un bosque, llamado "Happy Valley", que ocupa unas 600 hectáreas y por el que se puede pasear libremente. La zona del bosque está abierta al público de forma gratuita. Familias con niños y parejas paseando a su perro son habituales.




A través del bosque se llega a un estanque con patos y cisnes, en las inmediaciones también encontramos una réplica de una pagoda.







Cómo valoramos esta experiencia


El histórico edificio y el entorno en el que está hicieron que disfrutáramos mucho de nuestra estancia en el Culzean Castle. Fue muy diferente a dormir en un hotel convencional o en los diferentes tipos de alojamientos a disposición de los viajeros.

Si buscáis tranquilidad e intimidad, sin duda os lo recomendamos. Hemos disfrutado de la habitación sin escuchar a los demás huéspedes y sin ruidos del exterior, ya que como hemos contado anteriormente, el castillo se encuentra totalmente rodeado de naturaleza. 

Pero, lo que hace que esta sea una experiencia realmente especial es el tener a nuestra entera disposición el castillo una vez que se ha cerrado al público.

El precio del alojamiento y desayuno para tres personas fue de 250 libras.

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